sábado, 2 de febrero de 2019

Breve historia de la ufología


Primer avistamiento oficial a través del piloto estadounidense Kenneth Arnold


Este fenómeno mediático comenzó a tomar fuerza en la década de los años 40 con los primeros avistamientos que se volvieron noticia internacional.

Cabe destacar que coincidía en cuanto a la época con el anteriormente mencionado “Proyecto Manhattan” sobre la creación y puesta a prueba de las primeras bombas atómicas. Se vivía en esa década una evidente “guerra fría” entre EEUU y la URSS en cuanto a carrera armamentista se refiere.

Eran años de mucho miedo en los EEUU, ya que la población se veía muy manipulada con el temor de una guerra nuclear con los soviéticos.

Circulaban muchas noticias de espionaje y de contra espionaje en cuanto a las tecnologías armamentistas de ambas potencias. También fueron los inicios de la carrera espacial que tendría también a EEUU y la URSS en “guerra” a ver quien conquistaba primero el espacio.
Esto que les voy a contar ahora tal vez pocos lo sepan, se van a sorprender, pero el término “platillo volador” fue un error cometido por un periodista que luego fue imposible de corregir debido a su difusión masiva, error que se arrastra hasta nuestros días. Aquí les va la historia.

El 24 de junio de 1947 el piloto civil estadounidense Kenneth Arnold sobrevolaba el estado de Washington, más específicamente la “Cordillera de las Cascadas” cuando divisó una formación de nueve objetos con forma de búmerang que volaban según él a una velocidad estimada superior a los 1500 km/h.

Para el piloto se trataba de naves nunca antes vistas en cuanto a forma y velocidad. Temiendo fueran prototipos de naves espías rusas en suelo americano decidió informar de lo ocurrido al FBI, pero encontró cerrada ese día la oficina donde debía hacer la denuncia.

Ante su ansiedad por lo vivido decidió acudir a la prensa y conversó sobre el suceso con el periodista Bill Bequette. Arnold narró con detalle lo ocurrido y como estas nueve naves se movían como si fueran piedras rebotando en el agua, o como si uno lanzara un plato a través del agua. Resulta que el periodista al escribir la nota confundió la forma de los objetos con el movimiento y quedó como “platillos volantes”. Posteriormente Arnold aclaró esta confusión pero fue demasiado tarde, ya se había instalado ese término en la mente colectiva.

Les dejo una cita muy ocurrente sobre este “accidente periodístico” que se le atribuye a un tal Ricardo Campos (no tengo idea quien es).

“Muy probablemente, a partir de entonces, todas las razas alienígenas que han visitado la Tierra han tenido que re diseñar sus naves interplanetarias para adaptarse al error de un periodista de un diario local de Estados Unidos del año 47.”

Luego de este incidente y varios más, podría decirse que cundió el pánico dentro del gobierno de los EEUU, especialmente entre sus fuerzas armadas temiendo nueva tecnología soviética sobrevolando impunemente suelo americano y encima asustando a la gente. Debido a esto, el presidente Harry S. Truman ordenó una serie de investigaciones para aclarar los hechos.

Dentro de los participantes de esa investigación se encontraba quien seria posteriormente el director científico del llamado “Proyecto Libro Azul”, el astrónomo Allen Hynek quien tomó la decisión de cambiar el viejo término de “platillos voladores” por el de “objetos voladores no identificados”, en su abreviatura; OVNI. También fue el creador del concepto “encuentros cercanos”.

El famoso “Proyecto Libro Azul” resultó ser un detallado estudio sobre estos objetos voladores no identificados que comenzó en el año 1952 y finalizó en el año 1969, a cargo de la USAF (fuerza aérea americana).

Lo que se buscaba era determinar si estos incidentes eran una potencial amenaza para la seguridad nacional de los EEUU o simplemente eran avistamientos aéreos con valor militar alguno. En ningún momento el proyecto pretendió buscar alienígenas, se trataba exclusivamente de un tema de seguridad nacional.

En el ínterin del proyecto se recabaron 12.618 informes de avistamientos. Se concluyó que la gran mayoría eran mal interpretaciones de fenómenos naturales o aviones convencionales, pero 701 casos (6% aprox.) se clasificaron como inexplicables.

Si habrá sido increíble ese año de 1947 que a un mes de esa primera observación oficial que salió a la prensa producto del avistamiento de Kenneth Arnold ocurrió el famoso “Caso Roswell”.

En julio de 1947, un granjero de Nuevo México (EEUU) descubre restos extraños dispersos en tierras de su rancho. Se lo comunica al sheriff de su poblado el 5 de ese mes.

Rápidamente la noticia llegó a la prensa, la que le dio un toque espectacular al evento “fuerzas aéreas capturan platillo volante en un rancho de la región de Roswell".

Posteriormente un general de la base militar de Fort Worth (Texas) desmiente lo del platillo volador y aclara de que se trataba de restos de un globo meteorológico.

La prensa pudo fotografiar los restos de tiras de goma, papel aluminio, cartón y varillas de madera. Luego se dice que los verdaderos restos fueron sustituidos por la brigada que estudió el suceso cuando llevaron el material verdadero a la base de Fort Worth.

Cabe destacar que en esa época era muy común el uso de globos meteorológicos como parte de un proyecto militar norteamericano que pretendía estudiar la calidad del aire a niveles altos de la atmósfera buscando indicios de posible actividad nuclear soviética.

Luego de este suceso comenzó la histeria colectiva con acusaciones de encubrimiento del gobierno norteamericano, no solo de una supuesta nave extraterrestre estrellada sino también de cadáveres alienígenas, pasando a ser la famosa “Área 51” dentro de una base militar en el desierto de Nevada, a pocos kilómetros de Las Vegas, una zona de culto para los amantes de la ufología, ya que se dice allí se encontraría la famosa nave y los restos alienígenas.

Increíble que los americanos que fueron incapaces siquiera de lograr mantener a salvo del espionaje sus importantes proyectos sobre energía y armas atómicas si lograran ocultar cadáveres alienígenas y una nave espacial durante décadas. Este comentario se los dejo para que lo piensen fríamente.

La “ufología” se volvió por entonces una fuente noticiosa importante para la prensa escrita. Rápidamente se dieron cuenta que con cada informe de un nuevo avistamiento se vendían muchos más periódicos, la gente estaba ávida de información, por lo tanto la caza de esa clase de noticias se transformó en valiosa. En esa época no era tan común la fotografía, por lo que los relatos de quienes presenciaban avistamientos OVNI solian ir acompañados en el artículo de prensa con una imagen realizada por un dibujante que describía la forma del objeto, o del evento si se carecía de foto de lo ocurrido.


El fenómeno rápidamente salió de los EEUU y se extendió por el mundo entero. Recuerdo que en la década de los 70 (yo nací en el año 1971) comencé a guardar artículos periodísticos sobre ufología que aparecían en el diario uruguayo “El Día”, el cual mi padre compraba toda la semana.

Él era además de químico y veterinario un historiador, y gustaba de hacer carpetas con información relevante en política y ciencia. Nos peleábamos por los recortes de periódico cuando aparecía un caso de ufología ya que yo quería esa sección para mi carpeta así hubiera detrás otra noticia que le interesara guardar a mi padre. Pero él siempre terminaba cediendo ante mi gran interés en el tema siendo tan pequeña.

Recuerdo que le leía a mi madre esas historias y ella se asustaba, especialmente al ver los impactantes dibujos que aparecían en la prensa, por lo que luego mi madre tenia miedo de salir al jardín de nuestra casa durante la noche no fuera ser que apareciera un OVNI. En ese tiempo los casos más impactantes para la gente eran los fenómenos nocturnos. Mi padre me acusaba de asustar a mi madre, lo cual hoy en día me resulta muy divertido de recordar.



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