Primer avistamiento oficial a través del piloto estadounidense
Kenneth Arnold
Este fenómeno mediático comenzó a tomar fuerza en la década de los
años 40 con los primeros avistamientos que se volvieron noticia internacional.
Cabe destacar que coincidía en cuanto a la época con el
anteriormente mencionado “Proyecto Manhattan” sobre la creación y puesta a
prueba de las primeras bombas atómicas. Se vivía en esa década una evidente
“guerra fría” entre EEUU y la URSS en cuanto a carrera armamentista se refiere.
Eran años de mucho miedo en los EEUU, ya que la población se veía
muy manipulada con el temor de una guerra nuclear con los soviéticos.
Circulaban muchas noticias de espionaje y de contra espionaje en
cuanto a las tecnologías armamentistas de ambas potencias. También fueron los
inicios de la carrera espacial que tendría también a EEUU y la URSS en “guerra”
a ver quien conquistaba primero el espacio.
Esto que les voy a contar ahora tal vez pocos lo sepan, se van a
sorprender, pero el término “platillo volador” fue un error cometido por un
periodista que luego fue imposible de corregir debido a su difusión masiva,
error que se arrastra hasta nuestros días. Aquí les va la historia.
El 24 de junio de 1947 el piloto civil estadounidense Kenneth
Arnold sobrevolaba el estado de Washington, más específicamente la “Cordillera
de las Cascadas” cuando divisó una formación de nueve objetos con forma de
búmerang que volaban según él a una velocidad estimada superior a los 1500
km/h.
Para el piloto se trataba de naves nunca antes vistas en cuanto a
forma y velocidad. Temiendo fueran prototipos de naves espías rusas en suelo
americano decidió informar de lo ocurrido al FBI, pero encontró cerrada ese día
la oficina donde debía hacer la denuncia.
Ante su ansiedad por lo vivido decidió acudir a la prensa y
conversó sobre el suceso con el periodista Bill Bequette. Arnold narró con
detalle lo ocurrido y como estas nueve naves se movían como si fueran piedras
rebotando en el agua, o como si uno lanzara un plato a través del agua. Resulta
que el periodista al escribir la nota confundió la forma de los objetos con el
movimiento y quedó como “platillos volantes”. Posteriormente Arnold aclaró esta
confusión pero fue demasiado tarde, ya se había instalado ese término en la
mente colectiva.
Les dejo una cita muy ocurrente sobre este “accidente periodístico”
que se le atribuye a un tal Ricardo Campos (no tengo idea quien es).
“Muy probablemente, a partir de entonces, todas las razas
alienígenas que han visitado la Tierra han tenido que re diseñar sus naves
interplanetarias para adaptarse al error de un periodista de un diario local de
Estados Unidos del año 47.”
Luego de este incidente y varios más, podría decirse que cundió el
pánico dentro del gobierno de los EEUU, especialmente entre sus fuerzas armadas
temiendo nueva tecnología soviética sobrevolando impunemente suelo americano y
encima asustando a la gente. Debido a esto, el presidente Harry S. Truman
ordenó una serie de investigaciones para aclarar los hechos.
Dentro de los participantes de esa investigación se encontraba
quien seria posteriormente el director científico del llamado “Proyecto Libro
Azul”, el astrónomo Allen Hynek quien tomó la decisión de cambiar el viejo
término de “platillos voladores” por el de “objetos voladores no
identificados”, en su abreviatura; OVNI. También fue el creador del concepto
“encuentros cercanos”.
El famoso “Proyecto Libro Azul” resultó ser un detallado estudio
sobre estos objetos voladores no identificados que comenzó en el año 1952 y
finalizó en el año 1969, a cargo de la USAF (fuerza aérea americana).
Lo que se buscaba era determinar si estos incidentes eran una
potencial amenaza para la seguridad nacional de los EEUU o simplemente eran
avistamientos aéreos con valor militar alguno. En ningún momento el proyecto
pretendió buscar alienígenas, se trataba exclusivamente de un tema de seguridad
nacional.
En el ínterin del proyecto se recabaron 12.618 informes de
avistamientos. Se concluyó que la gran mayoría eran mal interpretaciones de
fenómenos naturales o aviones convencionales, pero 701 casos (6% aprox.) se
clasificaron como inexplicables.
Si habrá sido increíble ese año de 1947 que a un mes de esa primera
observación oficial que salió a la prensa producto del avistamiento de Kenneth
Arnold ocurrió el famoso “Caso Roswell”.
En julio de 1947, un granjero de Nuevo México (EEUU) descubre
restos extraños dispersos en tierras de su rancho. Se lo comunica al sheriff de
su poblado el 5 de ese mes.
Rápidamente la noticia llegó a la prensa, la que le dio un toque
espectacular al evento “fuerzas aéreas capturan platillo volante en un rancho
de la región de Roswell".
Posteriormente un general de la base militar de Fort Worth (Texas)
desmiente lo del platillo volador y aclara de que se trataba de restos de un
globo meteorológico.
La prensa pudo fotografiar los restos de tiras de goma, papel
aluminio, cartón y varillas de madera. Luego se dice que los verdaderos restos
fueron sustituidos por la brigada que estudió el suceso cuando llevaron el
material verdadero a la base de Fort Worth.
Cabe destacar que en esa época era muy común el uso de globos
meteorológicos como parte de un proyecto militar norteamericano que pretendía
estudiar la calidad del aire a niveles altos de la atmósfera buscando indicios
de posible actividad nuclear soviética.
Luego de este suceso comenzó la histeria colectiva con acusaciones
de encubrimiento del gobierno norteamericano, no solo de una supuesta nave
extraterrestre estrellada sino también de cadáveres alienígenas, pasando a ser
la famosa “Área 51” dentro de una base militar en el desierto de Nevada, a
pocos kilómetros de Las Vegas, una zona de culto para los amantes de la
ufología, ya que se dice allí se encontraría la famosa nave y los restos
alienígenas.
Increíble que los americanos que fueron incapaces siquiera de
lograr mantener a salvo del espionaje sus importantes proyectos sobre energía y
armas atómicas si lograran ocultar cadáveres alienígenas y una nave espacial
durante décadas. Este comentario se los dejo para que lo piensen fríamente.
La “ufología” se volvió por entonces una fuente noticiosa
importante para la prensa escrita. Rápidamente se dieron cuenta que con cada
informe de un nuevo avistamiento se vendían muchos más periódicos, la gente
estaba ávida de información, por lo tanto la caza de esa clase de noticias se
transformó en valiosa. En esa época no era tan común la fotografía, por lo que
los relatos de quienes presenciaban avistamientos OVNI solian ir acompañados en
el artículo de prensa con una imagen realizada por un dibujante que describía
la forma del objeto, o del evento si se carecía de foto de lo ocurrido.
El fenómeno rápidamente salió de los EEUU y se extendió por el
mundo entero. Recuerdo que en la década de los 70 (yo nací en el año 1971)
comencé a guardar artículos periodísticos sobre ufología que aparecían en el
diario uruguayo “El Día”, el cual mi padre compraba toda la semana.
Él era además de químico y veterinario un historiador, y gustaba de
hacer carpetas con información relevante en política y ciencia. Nos peleábamos
por los recortes de periódico cuando aparecía un caso de ufología ya que yo
quería esa sección para mi carpeta así hubiera detrás otra noticia que le
interesara guardar a mi padre. Pero él siempre terminaba cediendo ante mi gran
interés en el tema siendo tan pequeña.
Recuerdo que le leía a mi madre esas historias y ella se asustaba,
especialmente al ver los impactantes dibujos que aparecían en la prensa, por lo
que luego mi madre tenia miedo de salir al jardín de nuestra casa durante la
noche no fuera ser que apareciera un OVNI. En ese tiempo los casos más
impactantes para la gente eran los fenómenos nocturnos. Mi padre me acusaba de
asustar a mi madre, lo cual hoy en día me resulta muy divertido de recordar.
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