Primera imagen de la Tierra capturada desde el espacio el 24 de
diciembre de 1968 durante la misión Apolo 8.
¿Nuestro origen podría ser extraterrestre?
Comencemos por el principio de la historia. Cuando me refiero al
origen de la vida en la Tierra como de procedencia “extraterrestre” estoy
haciendo mención a dos posibilidades muy distintas; una de origen natural y
otra de origen artificial.
Una posibilidad sería el surgimiento de la vida en nuestro planeta
de manera espontánea, al azar y de origen exógeno, o sea “extraterrestre”. Esto
podría ocurrir si moléculas primordiales de otros mundos se vieran expulsadas
al espacio exterior debido a eventos planetarios catastróficos.
Estas moléculas
primordiales orgánicas simples o complejas (pudiendo ser también bacterias
extremófilas altamente resistentes), recorrerían largas distancias congeladas
en el tiempo y el espacio, siendo transportadas en cometas, asteroides o
meteoritos.
Al impactar estas rocas en un planeta con condiciones adecuadas
para la proliferación de vida, generarían un linaje biológico nuevo. A esto se
le llama “teoría de la panspermia”. Se trataría de una "semilla
primordial" transportada por el espacio exterior y capaz de generar vida
en un nuevo mundo.
Hoy es una teoría con muchos seguidores tanto dentro como
fuera del ámbito científico, debido más que nada al hallazgo de material
biológico en meteoritos que fueron encontrados y analizados en nuestro planeta.
La teoría de la panspermia suplantaría a la vieja teoria de
formación terrestre de vida a partir de una “sopa primordial”, la cual sugiere
que debido a las condiciones físico químicas reinantes durante la formación de
nuestro planeta Tierra, se habrían generado por si solas las primeras moléculas
de vida, evolucionando posteriormente a sistemas biológicos cada vez más
complejos.
Pero existe otra posibilidad de origen extraterrestre de la vida en
la Tierra, una teoría con muchos seguidores en el S XXI, donde se teoriza que
nuestra creación no haya sido casual y natural, sino programada a través de una
“inseminación planetaria” o “panspermia inducida” realizada por seres
inteligentes de otros mundos que quisieron usar al planeta Tierra como un
laboratorio.
Quien haya visto la película “Prometeo” recordará su primera y
estremecedora escena, donde un ser inteligente de otro mundo se deja morir en
un curso de agua aportando las primeras moléculas de vida a un planeta en
formación.
Ya sea que dejaron aquí moléculas básicas u organismos más
evolucionados, esta teoría apunta a un origen artificial y premeditado. Esto
nos genera grandes interrogantes;
¿Quienes fueron nuestros padres biológicos y cual seria el objetivo
del experimento?
¿Estamos viviendo dentro de una “cajita de Petri” siendo observados
en nuestra evolución por civilizaciones más avanzadas?
¿Será que la especie humana no es natural al planeta Tierra sino
una especie diseñada e implantada aquí para su estudio?
Hay muchas personas en el mundo que creen en esta posibilidad, por
lo que se han escrito interesantes artículos y libros sobre el tema. Recordar
que detrás de este tipo de teorías -muchas suenan descabelladas- no siempre se
encuentran delirantes, creadores de sectas, estafadores con ansias de dinero, o
ignorantes fantasiosos, sino que también hay mucha gente informada, objetiva,
de estudio académico, personas de investigación y de mente racional.
Hay quienes se hacen preguntas difíciles de responder frente a las
inconsistencias que surgen al analizar en profundidad la “historia oficial” que
nos vendieron hace décadas sobre nuestro origen. Existen varios “eslabones
perdidos” sobre nuestro origen terrestre y hasta de nuestra historia como
civilización humana que no encajan como deberían como para hacerlo todo creíble
e irrefutable.
Cada vez que me entero de una nueva teoría, aunque no sea comprobable
aún, o plausible de ser refutada con certeza, no la descarto de entrada debido
a que nuestra historia humana nos trae de recuerdo cuando científicos de antaño
fueron tratados de locos y de herejes por proponer que la Tierra no era plana
sino esférica o que giraba alrededor del Sol. Todo es posible hasta que se
demuestre lo contrario.
“La ciencia no es perfecta, con frecuencia se utiliza mal, no es
más que una herramienta, pero es la mejor herramienta que tenemos, se corrige a
sí misma, esta siempre evolucionando y se puede aplicar a todo. Con esta
herramienta conquistamos lo imposible”, Carl Sagan.
Actualmente muchas de las teorías del famoso Albert Einstein son
obsoletas debido a que la ciencia y el conocimiento general del universo
avanza, otorgando así la posibilidad de responder mejor a viejas y nuevas
interrogantes. No por ello Albert Einstein debe ser hoy disminuido de su
categoría de genio, todo lo contrario, lo fue y lo será por siempre, porque con
un conocimiento limitado en su época en astronomía y física, igual fue capaz de
realizar grandes e importantes avances. Abrió nuevas puertas a la investigación
para que en el futuro otros científicos como él pudieran corroborar o refutar
sus teorías. Así avanza la ciencia, el conocimiento y la humanidad, poniendo
todo en duda, derribando viejos paradigmas y construyendo nuevos.
Aquí les vuelvo a mencionar una frase de Alvin Toffler que podrán
también encontrar en la introducción de mi blog y que me parece clave en estos
tiempos que corren. Alvin Toffler fue un escritor estadounidense doctorado en
letras, leyes y ciencia, conocido por sus disertaciones acerca de la revolución
digital y de las comunicaciones que dijo una vez; “los analfabetos del siglo
XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir, sino los que no puedan
aprender, olvidar lo aprendido y aprender de nuevo”.
“En la ciencia suele ocurrir que un científico diga: es un buen
argumento, yo estaba equivocado. Se cambia de opinión y desde ese momento no se
vuelve a mencionar la antigua posición. Realmente sucede, aunque no con la
frecuencia que debería suceder ya que los científicos son humanos y el proceso
de cambio siempre es doloroso, pero ocurre cada día. No recuerdo la última vez
que algo así pasó en política o religión”, Carl Sagan.
Una aclaración antes de seguir. Cuando hago mención a alguna frase
de científico, escritor o filósofo, no quiero decir con esto que estoy
plenamente de acuerdo con cada pensamiento o posición de esa persona,
simplemente rescato un análisis que me parece indicado para el tema a tratar.
En mi caso por ejemplo admiro mucho a Carl Sagan, pero en algunos aspectos era
como científico demasiado rígido, lo cual es algo tradicional en mi rubro de
trabajo. Actualmente por suerte las viejas barreras mentales, emocionales y
espirituales están cediendo.
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