01 FEB. 2019.
Cuando hablamos de la Teoría de los Tres Cerebros, resulta
inevitable mencionar a su creador, el médico y neurocientífico Paul D. MacLean.
Esta teoría evolutiva establece que, el cerebro humano, está formado en
realidad por tres cerebros en uno (cerebro triuno o triúnico), los cuales son:
el cerebro reptiliano, el cerebro límbico o mamífero y el cerebro neocórtex o
neocorteza.
Adicionalmente, estos tres tipos de cerebros están interconectados
entre sí, pero poseen funciones muy específicas para cada uno de ellos.
El cerebro reptiliano.
El cerebro reptiliano es el más primitivo de los todos. Se encarga
de la auto-preservación del individuo, ejecutando acciones en estado automático
(sin pensar). Este cerebro es el responsable de los instintos de supervivencia
del individuo, como son: la respiración, la circulación, la digestión, la
reproducción o la necesidad de huir en caso de percibir una amenaza en el
entorno.
Este cerebro se caracteriza por ser compulsivo, estereotipado y
rígido. Está asociado a comportamientos primitivos como la territorialidad, la
resistencia al cambio, el miedo a la autoridad, el mantenimiento de estructuras
sociales jerárquicas, los prejuicios y seguir los patrones y conductas
precedentes en la sociedad.
Afortunadamente, los seres humanos contamos con otros dos tipos de
cerebros, que nos ayudan a no estar siempre en modo automático. Sino que la
conexión que existe entre los tres cerebros, nos permite analizar las
situaciones y elegir la opción más favorable.
El cerebro límbico o mamífero.
El cerebro límbico o mamífero se denomina así, ya que está presente
y desarrollado en todos los mamíferos. También se le conoce como cerebro
emocional debido a que es donde se procesan las diferentes emociones que se
producen en el ser humano (alegría, tristeza, miedo, rabia, placer, dolor,
etc.).
El sistema límbico establece un puente entre los procesos básicos
del cerebro reptil y el entorno del individuo, generándose así la expresión de
una emoción. Sirve de enlace entre el cerebro reptil y el cerebro humano.
Ejerce una gran influencia en el comportamiento del ser humano.
La amígdala es una estructura en forma de almendra que forma parte
del cerebro límbico. Es la encargada de alertar al cuerpo de alguna situación
del entorno que pueda representar un peligro para el individuo. Regula y
almacena las cuatro emociones primitivas, como son: la alegría, la tristeza, el
miedo y la agresividad. Adicionalmente, otorga cargas emocionales a nuestros
recuerdos (memoria) a largo plazo.
Este órgano funciona como un sistema de alarma, ya que reacciona
ante situaciones que pueden ser peligrosas, y esto ocurre antes de que seamos
conscientes del peligro. Activa el sistema parasimpático, causando ansiedad o
ataques de pánico.
Como puede verse, la amígdala es una estructura indispensable para
la defensa del individuo, sin embargo, si la misma se activa de manera
innecesaria es cuando comienzan los problemas. Para que esto no suceda, debe
intervenir el cerebro neocórtex o neocorteza, el cual será el encargado de
ayudarnos a reflexionar sobre si esas alarmas son reales o no.
El cerebro neocórtex o neocorteza.
El cerebro neocórtex o neocorteza es propio y único en el ser
humano. Abarca cinco sextas parte del cerebro y es lo que se conoce como la
corteza cerebral. Es donde reside nuestra consciencia y nuestra creatividad.
Resguarda la capacidad de razonar, pensar, recordar experiencias y
modificar nuestras acciones. También nos proporciona la capacidad de crear
ideas, imaginar acciones o eventos y desarrollar habilidades. Es donde se
desarrollan las capacidades intelectuales y cognitivas, de aprendizaje, de
comunicación. Para ello utiliza los sentidos (tacto, olfato, visión, oído y
gusto), de manera de estar en contacto con el mundo inmediato.
Regula las emociones basadas en las percepciones e interpretaciones
del mundo exterior. El amor hacia alguien es un ejemplo de ello.
Este cerebro es el encargado de constatar que lo que aparenta ser
un peligro captado en el entorno es real o no. De no ser cierto, el neocórtex,
manda la señal que el cuerpo está a salvo y el mismo se relaja. En caso
contrario, se activa el cerebro reptil para generar las respectivas funciones
de supervivencia en el organismo.
Por último, pero no menos importante, la neocorteza es la
responsable de flexibilizar la conducta emocional, ¿cómo? Pues basando su
conducta emocional en procesos interpretativos complejos, y así solucionar
problemas y planificar a largo plazo.
La teoría de los tres cerebros estable que, éstos se encuentran
conectados entre sí a través de las redes nerviosas. Aunque funcionan como
sistemas autónomos, cada uno tiene la capacidad de dominar a los otros dos,
dependiendo de las circunstancias. Cada tipo de cerebro responde a
satisfacciones diferentes, porque busca objetivos diferentes. Por ejemplo:
mientras el cerebro reptil actúa movido por la lujuria, el cerebro límbico
actúa movido por el amor, y el cerebro neocórtex actúa movido por la idea de romance.
No hay comentarios:
Publicar un comentario