domingo, 20 de enero de 2019

LA CONCIENCIA


ESTO ES LA CONCIENCIA

ENE 20 del 2019. Kabbalah



La palabra conciencia no es fácil de comprender. Recuerdo cuando escuché por primera vez al Kabbalista Rav Berg utilizar esta palabra en el año 1990, yo no tenía ni idea de lo que quería decir en un sentido práctico. Desde hace más de veintitrés años, mi comprensión de la palabra conciencia se ha vuelto más profunda. Se volvió más práctica a medida que mi propia conciencia iba cambiando (y con suerte, elevando también), en este camino difícil, pero invaluable y gratificante llamado Kabbalah.

Es gracioso. El Rav siempre me dijo que la Kabbalah es simple. No es fácil, aclaraba, pero sí es simple. Llegar al destino considerado simple es un camino difícil y duro de transitar. El Rav siempre dijo que sabrías que has encontrado la verdad cuando algo se volviese lo suficientemente simple para que cualquiera pueda entenderlo. Si un concepto se viste de complejidad y tratar de explicarlo es complicado y sofisticado, lo más probable es que no sea verdad.



Hoy en día la palabra conciencia es un concepto tan simple de comprender como lo era hace 25 años.

Entonces, ¿cómo podemos explicar qué es la conciencia en el sentido Kabbalístico para que sea práctico y comprensible para casi cualquier persona?

En primer lugar, ¡tenemos que aprender lo que no es la conciencia!

La conciencia no es el intelecto ni inteligencia.

Un asesino en serie puede ser brillante pero tiene el nivel de conciencia más bajo posible. Así que no tiene nada que ver con lo inteligente que uno es.

La conciencia se puede entender mejor de dos maneras. La primera se refiere a nuestro nivel de pureza en términos de interesarse por los demás y estar libre del ego y del interés propio. Mientras menos narcisistas seamos, mayor será nuestro nivel de conciencia. A menor ego, mayor es la conciencia.

La única forma en que podemos lograr la conciencia es mediante la transformación de egoísta a desinteresado. El arco de transformación es la manera en la que evolucionamos para tener conciencia. Por esto las computadoras y la inteligencia artificial nunca darán lugar a la verdadera conciencia. Las máquinas no tienen el poder de elevarse de egoístas a desinteresadas a través del libre albedrío. Las máquinas pueden tener inteligencia. Pero nunca la conciencia. La conciencia exige una conexión con una dimensión superior.

De acuerdo con el Zóhar, la Conciencia perfecta ya existe en las dimensiones superiores. La conciencia infinita y perfecta reside en el nivel más fundamental de la realidad. Cuando examinas la esencia misma de la existencia, debajo de moléculas, átomos, partículas subatómicas, al nivel más básico de “espacio” encontramos un océano infinito de conciencia. Esto es lo que dijo el Zóhar hace 2 mil años.

Los Kabbalistas llaman Luz a este mar de conciencia infinita. De la misma manera que un rayo de luz solar contiene todos los colores del arcoíris, la Luz (que brilla desde el Creador, la fuente de la conciencia) contiene todas las ideas, proyectos, pensamientos, sueños y la imaginación necesaria para alcanzar la existencia inmortal y el mundo paradisiaco perfeccionado.

Sólo a través de un cambio interno y del libre albedrío para elegir ser desinteresado en vez de egoísta, podemos conectar a esta realidad infinita de conciencia. Cada ser humano aprovecha una parte de esta conciencia y depende de nosotros- las vasijas colectivas de conciencia- el traer a este mundo un aspecto específico y particular del paraíso.

Ahora tomemos un segundo ejemplo para explicar de forma sencilla lo que es la conciencia.

ENTENDIENDO LA PALABRA “CONCIENCIA”

Recuerda tu infancia

¿Recuerdas cuando aprendiste a andar en bicicleta?

Intelecto es conocer la información necesaria para ir en bicicleta. Por ejemplo, sabemos que tenemos que pedalear para acelerar y poder movernos hacia adelante. Sabemos que debemos mantener el equilibrio en dos ruedas para evitar que la bicicleta se tambalee o se vuelque, y nos estrellemos contra el pavimento, raspando nuestros brazos y rodillas. Sabemos que tenemos que dirigir el manubrio en la dirección en la cual queremos viajar. Y sabemos que si pedaleamos hacia atrás, la bicicleta comenzará a frenar, de manera relativa a la presión que aplicamos.

Sin embargo, tener toda esa información no significa que hemos dominado el arte de montar en bicicleta. A pesar de que sabemos lo que debemos hacer, la primera vez que montamos en bicicleta somos incapaces de mantener el equilibrio. No podemos coordinar los diversos aspectos y habilidades necesarias para lograr el balance y movimiento continuo hacia adelante. Aunque queramos. Aunque sepamos lo que debemos hacer. Por lo general, uno de nuestros padres tiene que sostener la bicicleta en la parte posterior del asiento de modo que no tengamos una mala caída.

Algunos de nosotros utilizamos las ruedas de entrenamiento laterales en nuestras bicicletas para que pudiéramos practicar sin caernos.

Por lo tanto,  la conciencia no tiene nada que ver con información o conocimiento.



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